Y así de a poquitos, avanzando lento y rico, van 5 meses. y quié hubiera dicho que la compañera de trabajo iba a estar compartiendo mi vida, quién hubira pensado que la chica de muchos colores que veía por el reflejo del monitor me estaría pidiendo unos minutos más en su cama, o que me pediría que la acompañe a sus reuniones familiares o que me pida una niña blanquita bien tranquila. Más aún, que me pida vida, que planee años por adelantado, que imagine momentos importantes conmigo, que piense en un futuro de los dos y poquito después, un futuro de los tres, con una pequeña miau miau corriendo descalza y ella mamá la levanta y la abraza, baila con ella un poco, sonríe preciosa y está que no puede más de contenta con su vida. Me lo dijo anoche, me lo dice siempre, está feliz, contenta, tranquila, segura, regia; y bueno, me gusta mantenerla así. Por eso cuando hago algo mal, estoy en falta, estoy poto y poto frío encima, pues no se siente bien. Molesta en el estómago y se queda en la cabeza, pone tenso el cuello y la hasta pesa en la espalda , porque no está bien que a ella princesa se le haga algo así, que sea yo quien a ella preciosa la haga sentir mal. Y es que ella pancito es genial, es lo mejor que me ha podido pasar. Ella es felicidad, ella es color, ella es música, ella es moda, ella es comer en sitios bonitos, ella es dormir acurrucaditos; ella es futuro, ella es vida, ella es mía.
Por eso se siente mal cuando no está. Días huecos, días vacíos, noches incompletas sin calor, sin curiosos cariños ni ojos encapotaditos. Días que no deben ser, días que pesan, noches que aplastan...
No, quiero vida con ella. Que me bese largo y rico, que sus labios se queden ahí y que despierte contenta y sea ella quiente diga que es feliz
No hay comentarios:
Publicar un comentario